INNOVACIÓN IMPALA


Las balas de caza han seguido un desarrollo a lo largo de los últimos 100 años. En un principio la sustancia que servía como carga de propulsión era la pólvora negra, y las balas eran de plomo. Más adelante, con las pólvoras sin humo, aumentó la velocidad de proyección y el polvo ya no fue lo suficientemente duro, por tanto, se procedió a utilizar envueltas, primero de hierro dulce y después de cobre y tombac. Buscando una solución mejor para el mundo de la caza se desarrolló la bala de envuelta parcial, pero este tipo de bala dependía totalmente de las condiciones externas a ella, es decir, si el objetivo era más resistente de la cuenta, o la reacción era demasiado rápida, la penetración era deficiente y la carne de caza quedaba muy deteriorada. Desde hace unos 20 años ya existen balas sin plomo en el mercado, y éstas han solucionado el problema de la contaminación, pero al optar por integrar las características constructivas de los proyectiles con envuelta parcial, también ofrecen las desventajas de este tipo de munición.

En el año 2002 Kobus du Persis, el genial balístico y forense surafricano, sorprendió a cazadores y expertos cinegéticos con su nueva bala maciza IMPALA con inducción de ondas de choque. Esta bala desplazaba los tejidos, no los destruía, basándose en las leyes de la hidrodinámica. El resultado fue una bala que, gracias a sus rebordes cortantes y el diseño especial de su nariz, producía fuertes ondas de choque radiales en el cuerpo de la pieza. De esta manera, no dependía del equilibrio exacto entre la velocidad de impacto y la resistencia del objetivo (piel, carne y huesos).

Hoy en día las balas IMPALA, de fabricación austríaca, destacan por su homogeneidad, ya que están producidas en una aleación especial de latón mediante torno CNC, presentan de 2 a 4 estrías para reducir la fricción del cañón, por lo tanto, son precisas al máximo, ya que hay menor presión de gas y de residuos en el cañón. Su reborde cortante y su máximo efecto de choque las hace la bala ideal tanto para piezas de caza mayor como de caza menor. Su trayectoria extremadamente rasante, su precisión extraordinaria, su gran fuerza de penetración y su enorme efecto shock, causan la muerte de la pieza por absorción de vasos sanguíneos, y su enorme poder de parada hace que se consiga una devaluación mínima de la carne de caza.

CARACTERÍSTICAS DE LAS BALAS IMPALA


Las balas IMPALA están hechas a mano y se componen de materiales de máxima calidad. De este modo, garantizan un precisión óptima y una calidad homogénea. Todas las elaboraciones están comprobadas por la CIP (Comisión Internacional Permanente para las pruebas de armas de fuego).
Básicamente se presentan en todos los calibres y en dos puntas distintas:
Las impala con punta LS son balas macizas y ligeras que pueden con todo. Su enorme velocidad y flexibilidad permiten que sean utilizadas a cualquier distancia y para todo tipo de caza, con cualquier calibre, desde zorros y corzos hasta animales de gran envergadura como búfalos o elefantes.
Las impala con punta RN son balas que garantizan una máxima penetración y estabilidad de trayectoria, tanto respecto a obstáculos en la trayectoria como en el cuerpo de la pieza de caza, así como un alto poder de parada, lo que la convierte en la punta ideal para la caza africana. Se trata de una de las balas más seguras para monterías, rastreo de piezas heridas y tiros de remate, ya que posee una caída vertiginosa pasados los 200 metros.